En Cali, Valle del Cauca, se reunía con miembros del clan del Chapo Guzmán alias el ‘El Doctor’ o ‘Alejandro el Grande’, así es conocido entre narcotraficantes David Alejandro Santamaría, quien no supera los 33 años de edad y ya tenía los contactos más poderosos en el negocio de las drogas. Hasta antes de su captura, por parte de la Policía Nacional de Colombia, él era el enlace entre cultivadores, fabricantes y comerciantes de cocaína, amapola y marihuana comercializadas en Estados Unidos, Canadá, Europa y México.
Según la investigación adelantada por la Fiscalía General de la Nación, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos y la Dijín, este hombre tenía relación con Alejandrina Guzmán, hija de Chapo Guzmán quien ha estado investigada por su relación con el narcotráfico, aunque en repetidas ocasiones ha manifestado estar lejos del negocio.
Sin embargo, las autoridades lograron identificar tras seguimientos que quedaron registrados en videos que alias ‘El Doctor’, se reunió en uno de sus apartamentos con varios enviados de la hija de Guzmán a los cuales estaba guiando para la comprar de coca en Cauca y Nariño.
La investigación que inició en Estados Unidos arrojaba que alias ‘El Doctor’ o ‘Alejando el Grande’, era el encargado de lavar activos en Colombia, desde la organización delincuencial conocida como ‘Los Rolex’ y tenía a su disposición al menos 30 personas que le servían de correos humanos para transportar el dinero.
Los principales contactos de la organización se ubican en México, entre ellos la ciudadana mexicana Aurora Betancourt, capturada con fines de extradición a Estados Unidos, en el Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón de Cali, después de llevar a cabo varias reuniones de coordinación en Colombia, para el envío de estupefacientes hacia otros países, aseguró el general Fabio López, director de la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL (Dijín).
La captura de esta mujer se dio despues de muchos años de seguimiento, pues vivía en Canadá y no había sido posible su extradición a Estados Unidos, solo hasta cuando vino al Valle del Cauca a gestionar directamente la compra y envío de estupefacientes.
Alias ‘El Doctor’ conocía a la perfección la logística de ‘Los Rolex’: su cadena criminal empieza directamente en los laboratorios para el procesamiento del alcaloide, ubicados en el sector del Sinaí, en zona rural del municipio de Argelia en el departamento del Cauca, para luego ser transportadas vía terrestre hasta los principales puertos de Colombia como Buenaventura, Barranquilla y Cartagena; el dinero producto de este actuar criminal, financiaba grupos armados al margen de la ley, con injerencia en los sectores de cultivo y producción del estupefaciente.
La coartada que tenía alias ‘El Doctor’ era la de un abogado y comerciante respetable en las zonas que visitaba. Sin embargo, las autoridades lograron identificar que no tiene título profesional, todo formaba parte de su fachada. Él prefería realizar encuentros con miembros de su organización en horas de la noche y muchas veces lo hacía en parque o lugares públicos.
La captura de David Alejandro Santamaría se dio en Acacías Meta, mientras él realizaba un viaje para los Llanos Orientales, pretendiendo llegar a zona fronteriza con Venezuela, pues según los investigadores en Arauca esperaba cerrar una negociación de narcóticos. Es de resaltar que ‘Alejandro el Grande’, según los seguimientos realizados por las autoridades tenía relación con Olindo Perlaza, alias “Olindillo”, un narcotraficante que según algunos habría logrado de manera irregular colarse en la lista de los desmovilizados de la extinta guerrilla de las Farc, para recibir beneficios de la JEP.
La Dijín entregó entre su reporte operacional que se logró la incautación de más de 250 millones de pesos, 22 mil dólares americanos, 3.260 pesos mexicanos, siete armas de fuego de diferentes calibres, 181 cartuchos de diferente calibre, dos kilogramos de clorhidrato de cocaína, 500 gramos de marihuana, 45 teléfonos inteligentes, tres computadores, 18 pasaportes y dos dispositivos electrónicos.
Fuente: Revista Semana