Un juez de Bogotá ordenó dejarlo en libertad por cumplimiento de pena. Fue sentenciado a 54 meses de prisión, pero redimió casi un año a punta de trabajo en la cárcel.
Gabriel Dumar, uno de los protagonistas y ventiladores del caso Odebrecht en Colombia quedó en libertad. Se trata de un empresario condenado por lavar dinero de la multinacional brasileña escondiéndolo en contratos inventados con el único fin de que sobornos que había prometido la compañía fueran a dar a los bolsillos de políticos que habían intercedido en su nombre. Así ocurrió, por ejemplo, con el exsenador Bernardo el Ñoño Elías, condenado también por este entramado de corrupción.
“El contrato era por $10.062 millones y me entregan (en marzo de 2014) el 20% del anticipo de $2.000 millones. Es cuando me dicen que esa plata hay que entregársela a Bernardo Elías. Como tenía buena amistad quise hacerles un favor a unos amigos”, relató Dumar en 2017 a la Fiscalía. A través de él, el Ñoño habría recibido cerca de $15.000 millones por parte de Odebrecht. El empresario también señaló que Elías le contó que $200 millones fueron entregados al senador Antonio Guerra.
Según Blu Radio, Dumar solicitó su libertad con el argumento de que ya había pagado tres quintas partes de su condena. Además, le redujeron 11 de los 54 meses a los que inicialmente había sentenciado por trabajos que realizó en prisión. Así las cosas, como el empresario cordobés estuvo recluido desde 2017, el juez séptimo penal de conocimiento de Bogotá ordenó su libertad por cumplimiento de pena, convirtiéndolo en el primer protagonista del escándalo de Odebrecht que ha sido condenado y recupera su libertad.
Desde 2017, la Fiscalía vinculó a la investigación del caso Odebrecht a Dumar, así como a los también empresarios Federico Gaviria y Gustavo Torres. A todos los salpicó en sus declaraciones el exsenador cordobés Otto Bula. Al llamarlos a juicio, a finales de 2019, el ente investigador detalló el rol que cumplió cada uno. Por ejemplo, sobre Gaviria, explicó que concertó con los representantes de la multinacional constructora en Colombia, Amilton Hideaki, Marcio Marangoni y Eder Paolo Ferracuti, “para cometer delitos indeterminados, pero con el objetivo común de asegurar la adjudicación, para la compañía extranjera, de algunas de las obras civiles que se desarrollarían por el Estado Colombiano”.
Gaviria buscó a Gabriel Dumar, quien para entonces era un reconocido abogado y empresario de Córdoba. Dumar, quien dice que también lo buscó el exsenador Otto Bula, actuó como representante legal del consorcio SION y suscribió un subcontrato con el Consorcio Ruta del Sol para los “diseños, estudios de detalle y especificaciones técnicas” de unos tramos de esta autopista. Se trata del subcontrato EPC-SC- 372 de 2014, pactado por un valor de $10.062′997.560 y, aunque Corficolombiana y Credicorp sí le giraron el dinero a Dumar, como consta en los soportes de las transferencias bancarias, “el objeto del subcontrato no se realizó”.
Dumar asegura que de este dinero recibido le entregó $9.600 millones de este subcontrato al Ñoño Elías, $360 millones a Bula y otros $40 millones se los quedó él para hacer pagos al interior del consorcio SION. También en 2014, Dumar intercedió con una compañía española, Técnicas Territoriales y Urbanas (TTU), para otro contrato simulado, esta vez por el que el Consorcio Ruta del Sol pagó un valor de $7.500 millones. Luego, TTU le cedió esa deuda a una empresa de papel que creó el conductor de Dumar, Jorge Eliécer de la Espriella Morales, y así el dinero volvió a los bolsillos del empresario cordobés.
Fuente: El Espectador